jueves, 14 de julio de 2005

Ola de calor

“Activada la alarma antiincendios por la llegada de una ola de calor. Se prevé que el próximo fin de semana se alcancen temperaturas de 40 grados en el interior y 35 en el litoral.”
¡Estupendo! Y digo yo que por qué este puto calor no nos mata ya directamente de un golpe en la nuca, en lugar de hacernos sufrir de este modo. Es que la noticia lo dice todo: Ola de calor. Una ola es algo que ves venir pero de lo que no puedes escapar. Cuando te alcanza te golpea con fuerza, te hace perder pie, caer de bruces y te arrastra por el suelo desmadejadamente, totalmente a su merced. Incluso si es una gran ola te puede ahogar.
Bien, pues parece que lo que nos viene encima es un jodido tsunami de calor, una puta bola de aire ardiente que nos entrará por las vías respiratorias hasta secarnos la última gota de agua de nuestro cuerpo. Se colará por nuestros poros abiertos, sedientos de humedad y fresco, y nos secará como la mojama. No le basta con fundir glaciares, con secar ríos, lagos y pantanos. Ahora viene a por nosotros y vamos a acabar como medusas en la arena.
Sí, sí, alegraos pobre insensatos que buscáis la playa y el sol. No habrá clemencia con nadie. Y a esto hay que sumarle los jodidos aires acondicionados. Que sí, que muy bonito, qué maravilla tener un aire acondicionado en casa o en el curro, metido a todo trapo como para hacer granizados. Eso os enfría el ambiente pero ¿dónde diablos va el aire caliente que sacáis de vuestras casas? A la puta calle y a las pobres casas de los que no tenemos aire acondicionado. Habría que hacer pagar un impuesto especial para estos infames generadores de calor exterior, a beneficio de los pobres mortales que frecuentemente son golpeados por chorros de aire caliente que vomitan a la calle.
¡Que no enfrían coño! Que le pasan el problema a otro, al que no tiene uno.
Y encima el lenguaje es tan hipócrita que califica a esto, a esta manta zamorana que nos va a caer encima, de buen tiempo. ¿Para quién? Será para los alacranes, porque para los humanos y la mayoría de mamíferos y vegetales, esto es lo más parecido al infierno que se pueda imaginar.
Ignoro si en el interior de una nevera hay cobertura así que por si acaso, durante los próximos cuatro o cinco días, no me llaméis. Estaré hibernado la canícula.
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(sugerencia de consumo)
Leer junto al ventilador escuchando Mucho Mejor de Los Rodríguez

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