Hoy toca deporte, poesía, jazz y cine
He registrado en mi cabeza, en la categoría de azarosa coincidencia, un hecho. Hoy, 29 de abril de 2007, el gimnasta español Rafa Martínez ha ganado la medalla de oro en suelo, en los Campeonatos de Europa de gimnasia artística. También un 29 de abril, pero de 1959, un avión se estrellaba en la cordillera de Cuenca sin dejar supervivientes. En ese avión viajaba Joaquín Blume.
He ido a curiosear otros hechos destacados de ese mismo día. Me ha llamado la atención que el poeta griego Konstantinos Kavafis naciera este día de 1863 y muriera exactamente setenta años después, también un 29 de abril.
Sin apartarnos de hoy, pero en 1899, nacía en Washington DC Duke Ellington, todo un prodigio del jazz, tanto por su talento como por el impresionante legado –más de 2000 composiciones- que dejó para la posteridad.
Su paso por el mítico Cotton Club de Harlem, en el que estuvo tocando con su banda -The Washingtonians- durante tres años, lo convirtieron en una celebridad en todo los EEUU debido sobretodo a la radiodifusión de algunas actuaciones. Eso le abrió las puertas a Broadway, donde interpretaba piezas de Gershwin, y a Hollywood, donde actuó en algunos musicales.
En 1959, en plena efervescencia del bop y el cool –Miles Davis grabó ese año Kind of Blue-, fiel a su forma de entender la música y al formato de la big band, compuso la banda sonora de la película Anatomy of a murder (Anatomía de un asesinato) de Otto Preminger. Es esta una película completa en todos sus aspectos: la dirección y guión, la actuación de James Stewart, Lee Remick y Ben Gazzara, la banda sonora firmada por el Duke y el póster de la misma, obra de Saul Bass, que hace unos meses fue aclamado como el mejor de la historia del cine por la revista Premiere.
El vídeo que os dejo aquí es el corto Symphony in Black, de 1935, interpretado por Duke Ellington al frente de su banda, con una jovencísima –tenía 18 años- Billie Holiday que ni siquiera aparecía en los créditos de la película.
Y es que suele pasar que cuando uno no tiene nada que contar, cuenta muchas cosas en apariencia inconexas.