viernes, 24 de abril de 2009

Vicios, lujuria y otras perversiones

vicios, lujuria y otras perversiones


Las últimas adquisiciones -Sant Jordi obliga- han sido "Rodchenko & Popova, Defining Constructivism" de Margarita Tupitsyn; "Pintar sin tener ni idea y otros ensayos sobre arte" de Angel González García, porque ella le tenía ganas desde hace tiempo; un librito monográfico del fotógrafo Agustí Centelles, cuyas instantáneas de la Guerra Civil son verdaderamente angustiosas, muy duras; "Venus rajada" de Georges Didi-Huberman, una mirada a la Venus de Botticeli y al desnudo femenino en el arte; una preciosa edición ilustrada de "La isla del tesoro" de Robert Louis Stevenson, en versión de Gaziel e ilustrada por Junceda, porque sí, porque me gustó; la "Ronda del Guinardó" de Marsé; "El mal de Montano" de Vila-Matas; los dos volúmenes de "Último Round" de mi idolatrado Cortázar, de quien voy coleccionando sus libros poquito a poco para que no se me acaben; un número de la revista "Construcción de la ciudad 2C", del año 72, que incluye un monográfico sobre los proyectos presentados para la amplicación de Barcelona a finales del S.XIX -el ensanche- con un plano desplegable del que firmó Cerdá -y que no ganó aunque finalmente fue el que se aprobó-; y por último una edición de "El retrato de Dorian Gray" del genial Oscar Wilde, encuadernada como si de una moleskine se tratara, que no pude evitar añadir a la lista en cuanto la vi.

Sí, la visa se quedó temblando. Pero, como decía Oscar Wilde, la mejor manera de librarse de una tentación es caer en ella.

P.D: No es que haya sacado los libros a pasear, no. Es que duermen ahí y ahí seguiran durmiendo hasta que me compre otra estantería, que no podrá ser hasta que me compre un piso más grande, que no ocurrirá hasta que me toque la quiniela.

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