Quién me lo iba a decir
Quién me lo iba a decir, a mi edad, y estoy como un niño con zapatos nuevos. Me he comprado (de segunda mano, eso sí) una cámara. Iba a decir una cámara nueva, pero tratándose de una Nikon FM2, de esas de pasar el carrete con una palanca y enfocar girando el objetivo, eso sería un oxímoron. Ya veis, otra vez hablando de antiguallas, pero es que hay viejos deseos que si no se alcanzan, con el tiempo se hacen más antojadizos. Y yo esta cámara la vengo deseando desde hace muchos años ya.
Y es tan bonita.
Pero no solo eso, que por muchos años que tenga este modelo, aunque no tenga ni un solo megapíxel, ni autofocus, ni tarjeta de memoria, ni pantalla de tres pulgadas, sigue siendo una cámara cojonuda. Con unas prestaciones que ya las quisieran para sí muchas de las nuevas y rutilantes digitales con millocientos megapíxels. Y además funciona sin pilas.
Y es tan bonita.
Ya le he cargado un carrete en blanco y negro para sacarla de paseo.
Y es tan bonita.
Pero no solo eso, que por muchos años que tenga este modelo, aunque no tenga ni un solo megapíxel, ni autofocus, ni tarjeta de memoria, ni pantalla de tres pulgadas, sigue siendo una cámara cojonuda. Con unas prestaciones que ya las quisieran para sí muchas de las nuevas y rutilantes digitales con millocientos megapíxels. Y además funciona sin pilas.
Y es tan bonita.
Ya le he cargado un carrete en blanco y negro para sacarla de paseo.